Con dos pelotas paradas, Estudiantes cayó derrotado por Arsenal en el debut por la Copa Sudamericana
La visita de Estudiantes a Sarandí no fue nada fructífera. No jugó bien, no contagió a su hinchada y se fue perdiendo por dos goles. Uno, en contra de Leandro "Chino" Benítez, y el otro por un cabezazo de Guillermo Burdisso. Fueron dos tiros libres, esa medicina que le gusta tanto a Miguel Russo (que no ganó en cinco partidos)
Las ilusiones que se renovaron con la llegada masiva de refuerzos y la asunción de Miguel Russo se debilitaron seriamente en menos de un mes y por estas horas el León está comprometido en las dos competencias que afronta.
Tras cuatro fechas, se encuentra a siete de puntos de la punta en el torneo Apertura, mientras que en la Copa Sudamericana debe levantar un 0-2 ante Arsenal, con la complicación extra que supone el valor doble del gol como visitante en caso de igualdad.
El cotejo de anoche fue una nueva muestra de desconcierto.
El primer tiempo dejó pocas emociones y reflejó un combate parejo en el que reinó la fricción, las marcas pegajosas, las imprecisiones y la falta de claridad. Dentro de un contexto monótono, lo mejor de esa etapa se vio en los primeros quince minutos.
Arsenal avisó a los 10’ con un zurdazo desviado de Trombetta y el Pincha respondió a los 16’ con la jugada más peligrosa que creó en el juego: tras un mal rechazo de Burdisso, Carbonero remató mordido y Boselli la tiró por arriba del travesaño desde una posición inmejorable.
A ambos equipos les costó mucho hilvanar jugadas de ataque. En el caso del Pincha, las mejores acciones nacieron de los pies de Carbonero, quien complicó con su movilidad.
Sin embargo, Estudiantes careció de sorpresa por los costados (Iberbia se mostró siempre, pero pocas veces fue abastecido) y el Chino Benítez no se sumó al ataque.
En ese contexto, la Gata Fernández se retrasó mucho para entrar en contacto con el balón y cayó en las garras del doble 5 local.
Arsenal, un equipo que hace un culto al orden con su 4-4-2 y espera atento errores rivales y envíos de pelota parada, mostró limitaciones en el manejo de la pelota y dependió exclusivamente de sus delanteros.
Sin embargo, la línea de tres albirroja, sólida en ese tramo, controló bien a Leguizamón y Obolo, una dupla que se conoce a la perfección.
¿Cambió la mano en el complemento? Totalmente. El Arse salió con todo en los primeros minutos, arrinconó a Estudiantes y encontró la ventaja rápidamente. Al minuto, Leguizamón exigió a Villar y a los 5’ llegó la apertura del marcador: tiro libre de Leguizamón, desvío en Benítez y 1-0.
Tras el golpe, Russo buscó potenciar la ofensiva con el ingreso de Mariano González, pero retrasó a Carbonero, algo que fue contraproducente, puesto que el colombiano perdió peso en ataque.
El Pincha no tuvo ideas y chocó una y otra vez contra los rechazos locales, hasta que a los 30’ llegó la segunda puñalada: centro de Adrián González, cabezazo de Burdisso y 2-0.
El Chavo Desábato estuvo cerca de ponerle color a la serie sobre el final, pero Campestrini la encontró y debilitó la fe de la gente albirroja, cuyo malestar crece día a día.
Tras cuatro fechas, se encuentra a siete de puntos de la punta en el torneo Apertura, mientras que en la Copa Sudamericana debe levantar un 0-2 ante Arsenal, con la complicación extra que supone el valor doble del gol como visitante en caso de igualdad.
El cotejo de anoche fue una nueva muestra de desconcierto.
El primer tiempo dejó pocas emociones y reflejó un combate parejo en el que reinó la fricción, las marcas pegajosas, las imprecisiones y la falta de claridad. Dentro de un contexto monótono, lo mejor de esa etapa se vio en los primeros quince minutos.
Arsenal avisó a los 10’ con un zurdazo desviado de Trombetta y el Pincha respondió a los 16’ con la jugada más peligrosa que creó en el juego: tras un mal rechazo de Burdisso, Carbonero remató mordido y Boselli la tiró por arriba del travesaño desde una posición inmejorable.
A ambos equipos les costó mucho hilvanar jugadas de ataque. En el caso del Pincha, las mejores acciones nacieron de los pies de Carbonero, quien complicó con su movilidad.
Sin embargo, Estudiantes careció de sorpresa por los costados (Iberbia se mostró siempre, pero pocas veces fue abastecido) y el Chino Benítez no se sumó al ataque.
En ese contexto, la Gata Fernández se retrasó mucho para entrar en contacto con el balón y cayó en las garras del doble 5 local.
Arsenal, un equipo que hace un culto al orden con su 4-4-2 y espera atento errores rivales y envíos de pelota parada, mostró limitaciones en el manejo de la pelota y dependió exclusivamente de sus delanteros.
Sin embargo, la línea de tres albirroja, sólida en ese tramo, controló bien a Leguizamón y Obolo, una dupla que se conoce a la perfección.
¿Cambió la mano en el complemento? Totalmente. El Arse salió con todo en los primeros minutos, arrinconó a Estudiantes y encontró la ventaja rápidamente. Al minuto, Leguizamón exigió a Villar y a los 5’ llegó la apertura del marcador: tiro libre de Leguizamón, desvío en Benítez y 1-0.
Tras el golpe, Russo buscó potenciar la ofensiva con el ingreso de Mariano González, pero retrasó a Carbonero, algo que fue contraproducente, puesto que el colombiano perdió peso en ataque.
El Pincha no tuvo ideas y chocó una y otra vez contra los rechazos locales, hasta que a los 30’ llegó la segunda puñalada: centro de Adrián González, cabezazo de Burdisso y 2-0.
El Chavo Desábato estuvo cerca de ponerle color a la serie sobre el final, pero Campestrini la encontró y debilitó la fe de la gente albirroja, cuyo malestar crece día a día.
Un resultado que lo deja sin margen de error
Perder siempre es negativo. Pero hacerlo por dos goles de diferencia y en una competencia que se maneja con la regla del gol de visitante es peor.
Teniendo en cuenta la reglamentación de la Copa Sudamericana, Estudiantes deberá vencer a Arsenal por tres o más goles de diferencia en la revancha para asegurarse el pasaje a octavos de final.
Con un 2-0 a favor en La Plata, la serie se resolverá por penales. Y en caso de ganar por dos goles de diferencia pero sin mantener la valla invicta (3-1, 4-2, 5-3) quedará eliminado del certamen.
Obviamente, una victoria por un gol, un empate, o una derrota también significarían el final del camino.
El sistema advierte que, sólo en caso de igualdad en goles tras la ida y la revancha, los goles convertidos como visitante adquirirán valor doble. Por lo tanto, si Estudiantes se impone 4-1, pasará directamente, ya que ese gol como visitante de Arsenal no tendrá efecto.
En esta edición de la Copa, ya hubo una definición por este sistema: el último jueves, Vasco Da Gama avanzó a los octavos de final de la competencia pese a perder, en condición de visitante, por 3-1 ante Palmeiras, ya que en la ida, jugando como local, se había impuesto por 2-0.
Teniendo en cuenta la reglamentación de la Copa Sudamericana, Estudiantes deberá vencer a Arsenal por tres o más goles de diferencia en la revancha para asegurarse el pasaje a octavos de final.
Con un 2-0 a favor en La Plata, la serie se resolverá por penales. Y en caso de ganar por dos goles de diferencia pero sin mantener la valla invicta (3-1, 4-2, 5-3) quedará eliminado del certamen.
Obviamente, una victoria por un gol, un empate, o una derrota también significarían el final del camino.
El sistema advierte que, sólo en caso de igualdad en goles tras la ida y la revancha, los goles convertidos como visitante adquirirán valor doble. Por lo tanto, si Estudiantes se impone 4-1, pasará directamente, ya que ese gol como visitante de Arsenal no tendrá efecto.
En esta edición de la Copa, ya hubo una definición por este sistema: el último jueves, Vasco Da Gama avanzó a los octavos de final de la competencia pese a perder, en condición de visitante, por 3-1 ante Palmeiras, ya que en la ida, jugando como local, se había impuesto por 2-0.
Los arranques en la Copa, una cuenta pendiente para el Pincha
Con el 0-2 de ayer ante Arsenal, Estudiantes aumentó su racha de derrotas en los estrenos por la Copa Sudamericana, un torneo que ya disputó cuatro veces.
Los antecedentes no invitan al optimismo, ya que en las tres derrotas tempranas no convirtió goles, mientras que la vez que avanzó pudo anotar de visitante en la ida.
En 2005, el Pincha arrancó con una caída por 2-0 ante Banfield, que terminó ganando 3-2 el global después de caer 2-1 en 57 y 1. En 2007, el verdugo del cuadro albirrojo fue Lanús, con idénticos marcadores, aunque la revancha fue en el estadio Ciudad de La Plata.
En 2008, el León perdió 2-1 ante el Rojo en la ida y en la vuelta se recuperó y se impuso 2-1, lo que llevó la definición a penales, donde festejó el León. Finalmente, en 2010, Estudiantes arrancó con una caída sobre la hora por 1-0 ante Newell’s en Rosario. El 1-1 de la revancha terminó con el sueño.
Los antecedentes no invitan al optimismo, ya que en las tres derrotas tempranas no convirtió goles, mientras que la vez que avanzó pudo anotar de visitante en la ida.
En 2005, el Pincha arrancó con una caída por 2-0 ante Banfield, que terminó ganando 3-2 el global después de caer 2-1 en 57 y 1. En 2007, el verdugo del cuadro albirrojo fue Lanús, con idénticos marcadores, aunque la revancha fue en el estadio Ciudad de La Plata.
En 2008, el León perdió 2-1 ante el Rojo en la ida y en la vuelta se recuperó y se impuso 2-1, lo que llevó la definición a penales, donde festejó el León. Finalmente, en 2010, Estudiantes arrancó con una caída sobre la hora por 1-0 ante Newell’s en Rosario. El 1-1 de la revancha terminó con el sueño.
Boselli volvió a fallar en la definición
Uno de los picos más bajos de rendimiento lo volvió a tener ayer Mauro Boselli.
El delantero no pudo concretar una jugada clara que se le presentó en los primeros mintuos del partido, cuando de manera apresurada mandó la pelota a la tribuna abajo del arco. En ese momento, los simpatizantes se agarraron la cabeza ante el mal momento que está atravesando el jugador, quien llegó para marcar los goles que presuntamente se extrañaban en el semestre pasado.
El delantero no pudo concretar una jugada clara que se le presentó en los primeros mintuos del partido, cuando de manera apresurada mandó la pelota a la tribuna abajo del arco. En ese momento, los simpatizantes se agarraron la cabeza ante el mal momento que está atravesando el jugador, quien llegó para marcar los goles que presuntamente se extrañaban en el semestre pasado.
Muchos fallos divididos
Desde el inicio del partido, el árbitro Gabriel Favale tuvo algunos fallos polémicos que marcaron el destino del partido.
Estudiantes comenzó mejor, pero por momentos se topó con algunas jugadas que fueron cortadas por el juez, quien en ocasiones se adelantó a sacar tarjetas. Tal es así que condicionó la posición de Gastón Fernández, quien siempre suele ser un jugador que recibe faltas, más que las que comete.
Asimismo, no estuvo atento en las jugadas con pelota parada, cuando los jugadores de Arsenal se adelantaban en la barrera ante los tiros libres de Benítez.
En los corners, en tanto, estuvo demasiado pendiente de las sujeciones más que de las faltas que recibía Campestrini.
En síntesis, con algunos fallos divididos, el árbitro marcó el rumbo de un partido que tuvo al equpo de Russo mejor en la parte inicial, y perdido por completo en la parte final.
Arsenal, con más oficio que posibilidades concretas, se terminó llevando el partido.
Desde el inicio del partido, el árbitro Gabriel Favale tuvo algunos fallos polémicos que marcaron el destino del partido.
Estudiantes comenzó mejor, pero por momentos se topó con algunas jugadas que fueron cortadas por el juez, quien en ocasiones se adelantó a sacar tarjetas. Tal es así que condicionó la posición de Gastón Fernández, quien siempre suele ser un jugador que recibe faltas, más que las que comete.
Asimismo, no estuvo atento en las jugadas con pelota parada, cuando los jugadores de Arsenal se adelantaban en la barrera ante los tiros libres de Benítez.
En los corners, en tanto, estuvo demasiado pendiente de las sujeciones más que de las faltas que recibía Campestrini.
En síntesis, con algunos fallos divididos, el árbitro marcó el rumbo de un partido que tuvo al equpo de Russo mejor en la parte inicial, y perdido por completo en la parte final.
Arsenal, con más oficio que posibilidades concretas, se terminó llevando el partido.
Una racha que parece increíble
Desde el último 25 de marzo, cuando derrotó 3-0 a All Boys por la séptima fecha del torneo Clausura, Estudiantes ingresó en una estadística muy negativa. Contando la caída de ayer, el Pincha ganó sólo uno de los últimos 21 partidos. Una racha que parece increíble, pero es cierta. El 3-0 ante Huracán, partido que se dividió en dos días, fue la alegría en un mar de frustraciones.
Por la Copa Libertadores se cuenta una igualdad ante Tolima, una caída ante Cruzeiro y los dos empates ante Cerro Porteño. Por el Clausura, en tanto, se contabilizan seis empates (San Lorenzo, Olimpo, Lanús, Tigre, Argentinos y River) y cinco derrotas (Boca, Colón, Vélez, Independiente y Arsenal). Y por el Apertura, se registran las igualdades ante Newell's y San Martín (SJ) y las derrotas ante San Lorenzo e Independiente.
Por la Copa Libertadores se cuenta una igualdad ante Tolima, una caída ante Cruzeiro y los dos empates ante Cerro Porteño. Por el Clausura, en tanto, se contabilizan seis empates (San Lorenzo, Olimpo, Lanús, Tigre, Argentinos y River) y cinco derrotas (Boca, Colón, Vélez, Independiente y Arsenal). Y por el Apertura, se registran las igualdades ante Newell's y San Martín (SJ) y las derrotas ante San Lorenzo e Independiente.
